Saturday, April 6, 2013

España


Historia
Los primeros humanos llegaron al territorio de la actual España hace 1 200 000 años. Durante los milenios siguientes el territorio fue invadido y colonizado por celtas (aunque se baraja la posibilidad de que éstos se tratasen de un pueblo autóctono de la Península), fenicios, cartagineses, griegos y hacia el 200 a. C. la mayor parte de la Península comenzó a formar parte del Imperio romano. Tras la caída de Roma, se estableció el Reino visigodo. Dicho reino se inició en el siglo V y se mantuvo hasta comienzos del siglo VIII. En el año 711 se produjo la primera conquista desde el Norte de África; en pocos años el Islam dominaba gran parte de la Península Ibérica. Durante los 750 años siguientes, se establecieron moros independientes, aunque el área dominada por los musulmanes era conocida con el nombre global de al-Ándalus. Mientras gran parte del resto de Europa permanecía en la Edad Oscura, al-Ándalus florecía cultural, científica y artísticamente.
De modo simultáneo se produjo la Reconquista, por la que los primeros reinos cristianos de lo que se acabaría convirtiendo en España buscaron arrebatar el territorio a los musulmanes. Comenzada aproximadamente en 722 con la rebelión de Don Pelayo y partiendo desde el Norte, avanzó durante los siglos VIII a XV culminando con la conquista de Granada en 1492. Durante este periodo los reinos y principados cristianos se desarrollaron notablemente; gradualmente en un proceso de concentración, la unión de los dos más importantes, Castilla y Aragón, por el matrimonio en 1469 de los Reyes Católicos (Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón) posibilitaría la formación del Reino de España.
En 1492 los Reyes Católicos financiaron el proyecto del explorador Cristóbal Colón de buscar una nueva ruta comercial con Asia a través del océano Atlántico. Su llegada al Nuevo Mundo y la consecuente conquista de América llevaron a la creación del Imperio español. Durante los siguientes siglos España se alzó como actor central de los asuntos europeos y mundiales. Durante los siglos XVI y XVII tendría lugar también la época de apogeo de la cultura española conocida como Siglo de Oro. Sin embargo, durante este periodo se produce también la expulsión de los judíos y musulmanes (en 1492) y se establece la Inquisición, que posteriormente gozará de un gran poder.
El imperio colonial, cuyos últimos restos España mantuvo bajo su control hasta finales del s. XIX, incluía América del Sur (con la excepción de la zona bajo dominio portugués), grandes zonas de América en diverso grado de influencia o control, las islas Filipinas en Asia, así como enclaves de diversa importancia en las costas en África. Incluía además numerosas posesiones en Europa (los Países Bajos españoles, el Ducado de Milán, el Reino de Nápoles o el propio Reino de Portugal hasta 1640), la mayoría de ellas perdidas tras la paz de Utrecht de 1713.
España mantuvo durante este período diversos enfrentamientos con sus vecinos de la Europa continental, especialmente con Inglaterra (incluyendo el fracaso de la conocida como Armada Invencible) y Francia. Con la muerte de Carlos II en 1700, la casa de Austria se extinguió para dejar paso a la de los Borbones tras la Guerra de Sucesión. España fue perdiendo progresivamente su preponderancia militar y tras sucesivas bancarrotas el país redujo paulatinamente su poder; a finales del siglo XVIII ya se había convertido en una potencia de segundo orden.
La Francia de Napoleón invade la Península; meses después, el 2 de mayo de 1808, se inició la sublevación popular que desembocaría en la Guerra de la Independencia española, clave para la concepción misma de la nación. Durante la guerra y tras la expulsión de los franceses en 1814, España sufrió la progresiva desintegración de la mayoría de su imperio americano. El siglo continuó caracterizándose en la metrópoli por la inestabilidad política y la puja entre liberales, republicanos y partidarios del Antiguo Régimen. Entre 1873 y 1874 tuvo lugar la I República. La llegada de la Revolución industrial a finales del siglo elevó el nivel de vida de una clase media que empezaba a ampliarse en algunos núcleos principales; sin embargo la Guerra hispano-estadounidense de 1898 (conocida como el Desastre del 98), con la pérdida de la mayoría de los restos del imperio, supuso un profundo choque en la sociedad española.
Mientras el nivel de vida crecía (en parte por la neutralidad española en la Primera Guerra Mundial) y la integración con el resto de Europa progresaba, la inestabilidad política marcaba el primer tercio del siglo XX. Tras la salida del país de Alfonso XIII, en 1931 se proclamaría la II República, que acabaría en 1936 con un golpe de estado militar y la subsiguiente guerra civil, que se saldaría en 1939 con la victoria del bando acaudillado por el General Franco. Desde entonces el país se sumergió en la dictadura franquista, que se mantuvo hasta la muerte del dictador en 1975.
España fue oficialmente neutral durante la Segunda Guerra Mundial; a las décadas de posguerra, marcadas por la pobreza y la represión política, siguió un importante crecimiento económico durante las décadas de los 60 y los 70, en un país que permanecía cultural y políticamente reprimido. Tras la muerte de Franco y la aprobación de la Constitución de 1978, en el transcurso de la conocida como Transición comenzó una transformación gradual del país hacia la consolidación de la actual democracia (cuyo Jefe de Estado es el rey Juan Carlos I), con un desarrollo económico paralelo que la ha colocado de nuevo entre los países más desarrollados del mundo (España fue el 12º país del mundo por PIB en 2010 según el FMI).
España ingresó en la Comunidad Económica Europea (actual UE) en 1986 bajo el gobierno socialista de Felipe González. Se Organizaron la Copa Mundial de Fútbol de 1982 y los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. En 2002, bajo el gobierno conservador de José María Aznar se adoptaba el euro como moneda oficial. En 2005, con los socialistas José Luis Rodríguez Zapatero en el poder, España se convirtió en la tercera nación del mundo en permitir el matrimonio y derecho de adopción a las parejas del mismo sexo. En 2011 los conservadores volvieron a obtener el poder, consagrado Mariano Rajoy como presidente del gobierno de España.

Cultura:
Flamenco

El Flamenco es un arte que se presenta en dos variantes: Música y Baile. En la música, el Cante y la Guitarra ocupan el papel fundamental, aunque existen otros instrumentos (como la percusión) y acompañamientos (como las palmas) que generalmente están presentes y juegan un papel muy importante.
El Baile es muy expresivo y cada parte del cuerpo ha de moverse de forma coordinada: Los pies, las piernas, las caderas, el talle, los brazos, las manos, los dedos, los hombros, la cabeza...
Para aprender flamenco, como en otras manifestaciones artísticas, son necesarios dos ingredientes: Alma y técnica, y esto no resulta meta fácil cuando consideramos que el flamenco es muy rico y complicado. Se pueden contar más de 50 "Palos" del flamenco. Cada "Palo" tienen su propio ritmo, su propia armonía y, en caso de que sea un palo bailable, cada cual se interpretará con una danza diferente.

Corrida de Toros

Explicar en qué consiste una corrida de toros es tarea ardua, ya que supone encorsetar a un espectáculo que es muy diferente a todos los demás y de otro lado porque como todo arte siempre es diferente. Sin embargo podemos considerar un rito y unas pautas que se repiten casi siempre, y éstas son las que vamos a describir:

En una corrida generalmente tres toreros lidian (torean) seis toros, de ellos dos cada torero. Los toreros realizarán su faena por orden de antigüedad, la cual viene dada por la fecha de su "alternativa" (especie de de licenciatura). Así al primer torero le tocará lidiar el primer toro, al segundo el segundo y al tercero el tercer toro, continuando el primer torero con el cuarto toro y así sucesivamente.


El comienzo de la corrida se abre con el paseíllo, especie de cortejo por el que desfilarán ante el público todos los que intervienen directamente en la misma. Abren este cortejo los dos alguacilillos que van a caballo, y atraviesan la plaza para dirigirse a la Presidencia y pedirle simbólicamente la llave de la" puerta de los toriles" (donde se guardan los toros). Detrás van los tres toreros, seguidos respectivamente por los miembros de sus cuadrillas, compuestas por tres banderilleros y dos picadores. Apareciendo al final del cortejo los mozos y mulas de arrastre (que son los encargados, una vez muerto el toro, de retirarlo de la plaza).

Gastronomía

Debido a la calidad y variedad de sus productos, con los que se elabora la saludable dieta mediterránea. La gastronomía de España es un importante atractivo turístico.
No  podemos hablar de una cocina en concreto de España, ya que habría que hacerlo sobre cada cocina regional que compone nuestro país. La gastronomía de España mantiene unos rasgos comunes y característicos, como son el aceite de oliva, “oro líquido”, tanto en crudo como en frituras. Los sofritos tan importantes en el momento de elaborar recetas de cientos de platos. El empleo de ajo y cebolla como condimentos principales en las preparaciones de los alimentos. El hábito de la copita de vino en las comidas y el consumo de pan en las mismas.
La sana costumbre de tomar ensaladas y el consumo a la hora de tomar un postre como una pieza de fruta o algún producto lácteo.
Y como olvidar el momento más dulce en el que podemos encontrar una gran variedad de tartas y pasteles. Entre los platos típicos de españoles hay que destacar la famosa tortilla de patatas, la paella, los pistos, el gazpacho, las migas o los embutidos (jamón serrano, chorizo, morcilla), así como los quesos (no hay región que no tenga los suyos). Son frecuentes los platos con legumbres como base (lentejas, garbanzos, alubias, etc.), los cocidos o potajes, aunque cada región tiene estos platos con sus propias características. También el pan tiene muchas formas de realizarse, dando variedades muy distintas en cada región.
Pero donde más coinciden las distintas regiones de nuestro país, es en los postres y dulces, ejemplos como el flan, las natillas, el arroz con leche, las torrijas, las magdalenas o los churros, son algunos de los más representativos.

Geografía

España está situada al suroeste de Europa, en la Península Ibérica. Comparte este territorio peninsular con Portugal, ocupando un 80% del mismo. Aparte de la península, incluye las islas Baleares, (Mallorca, Menorca e Ibiza), en el mar Mediterráneo, las Islas Canarias (compuestas por 7 islas y varios islotes) en el Océano Atlántico, al suroeste de la península, frente a la costa de Marruecos, y al norte de África cuenta con las ciudades de Ceuta y Melilla. Es el 3º país europeo en extensión y el 5º en población. Al norte limita con Francia y Andorra, encontrando su frontera natural en los Pirineos.
Geográficamente posee cinco grandes cadenas montañosas que la atraviesan y casi un 50% de su territorio se asienta sobre mesetas. Sus costas están bañadas por el mar Mediterráneo, en el Este, desde los Pirineos hasta Gibraltar, por el Océano Atlántico en su costa Oeste, que en la península se extiende desde Gibraltar hasta Galicia, correspondiendo la mayoría de esta costa a Portugal, y en su costa Norte por el mar Cantábrico.
Sus paisajes presentan una extraordinaria variedad, pasando desde zonas desérticas hasta los más verdes y jugosos campos, donde montañas, valles, ríos y playas originan una gran variedad climática.

Economía

La larga y profunda crisis que atraviesa la economía española, al menos está sirviendo para corregir los elevados desequilibrios, que, precisamente, se encuentran en su origen; por tanto, deberá servir para sentar las bases de un crecimiento más sano y duradero. Entre estos desequilibrios destaca especialmente la tradicional dependencia de la financiación exterior.
A este respecto, por primera vez en 15 años, se ha generado capacidad de financiación en dos trimestres consecutivos, y la cifra del cuarto trimestre de 2012 es la más alta de la serie (9.500 millones de euros, equivalentes al 3,5% del PIB). Por tanto, el ahorro en España de todos los agentes vuelve a superar a la inversión, por primera vez en mucho tiempo. El sector privado, básicamente las empresas (aunque también las familias), es el responsable de estos buenos registros, si bien también hay que destacar el esfuerzo de consolidación fiscal de las AA.PP., máxime en un contexto tan complicado. En consecuencia, la necesidad de ahorro externo en el conjunto del pasado año fue de tan sólo 2.365 millones (0,2% del PIB), la cifra más baja desde 1998.







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